Los empresarios están expuestos todo momento a
diversos consejos para “mejorar su rendimiento empresarial”. Si pusiéramos
atención a cuanta gente nos sugiere “como mejorar el negocio" nos
encontraríamos perdidos.
Se exige demasiado al empresario que presumiblemente
tenga que ser experto en demasiadas áreas del funcionamiento de la empresa.
Todos tienen una opinión, resulta que "puse mi
negocio para lograr un beneficio económico, pero ahora tengo que ser un experto
en recursos humanos, en la administración y finanzas, porque si no quiebro; en
producción, porque sino hago cosas que no le gusta a la gente; también tengo
que saber de ventas y de marketing". También, nos ponemos a hacer cursos de planeamiento estratégico avanzado, de coaching ontológico, porque primero tengo
que saber sobre el “ser”, gerenciamiento empresario, etc. Tengo que ser demasiado bueno para demasiadas cosas. Entonces acá
es donde caemos en una confusión y no nos damos cuenta que estamos trabajando
para la empresa, tal como lo describimos en el cuadrante 2.
Para salir de esta confusión tenemos que poner las cosas en su lugar y para ello podemos basarnos en tres pilares.
Primero formar nuestro equipo de trabajo. Esto es
algo parecido a un equipo de fútbol hay un director técnico que dirige, y un
equipo que juega bajo sus lineamientos. Ahora bien, seria lógico pensar que el
proyecto de Steve Jobs, ¿lo logro solo? Indudablemente no, una de sus tantas
cualidades es que sabía formar equipo. El concepto de valores compartidos, lo tenia muy presente. Entonces una
de las cosas que tenemos que hacer es formar nuestro equipo y poner a los
mejores jugadores en el lugar donde más rinden. Indudablemente si pienso que un
atacante es mi mejor jugador porque mete todos los goles, no rendiría igual si
lo pongo a atajar. Seguramente como hincha de un equipo de fútbol voy a querer
que el director técnico ponga los mejores jugadores en sus correspondientes
puestos, y que cada uno sume valor. El resultado
de este funcionamiento nos lleva a un valor compartido que va a ser uno de
nuestros diferenciales para competir.
El segundo aspecto a tener en cuenta es el de la “Innovación
Permanente”. Con esto me quiero referir en que permanentemente tenemos que fijar
y ajustar el posicionamiento de la empresa, es decir hacia donde quiero ir,
porque una vez que tenemos definido esto, vamos a poder buscar el mejor camino para
alcanzarlo. Las personas mas adecuadas para definir los lineamientos estratégicos,
que va a ser otro diferencial ante la competencia, son los propios empresarios o
directivos, porque pueden analizar y comprender mejor los mercados. Pero para
esto tienen que trabajar en lo que mas saben y no dar vueltas con lo operativo.
El tercer término a tener en cuenta es la transmisión
de esas estrategias hacia todo nuestro equipo para lograr alinear los objetivos
de la empresa con los del personal, para seguir fortaleciendo el “valor
compartido”.
Tengamos en cuenta que no es lo
mismo “liderar que dirigir”, tal como lo vimos en el cuadrante 4 y que
todo lo que hacemos si no lo transmitimos bien será en vano.
Antes de terminar
este articulo, seria bueno hacer una reflexión. Tengamos en cuenta que para poder
cambiar, no es necesario contar con
grandes presupuesto. En el cuadrante 1 tenemos algunos ejemplos de grandes empresas que seguramente no les falto dinero, solamente se quedaron ciegos y no supieron cambiar el enfoque del negocio.
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